Castidad
es el llamado de Dios que anuncia tu libertad,
es la lógica trascendental que nos invita al hogar.
Cuando el respeto al prójimo madura,
nace con determinacion la castidad pura,
es el antídoto a la mentalidad engañadora,
y trae escondida la alegría que el ser añora.
La castidad sublima nuestra vida;
su caridad es la sonrisa limpia,
una mente tranquila, una mirada sana,
es una revolución del samsara.
La castidad es la virtud natural
que otorga paz y visión espiritual,
es la llave de la verdad
que siembra en el mundo toda prosperidad.
La castidad es la virtud natural
que otorga paz y visión espiritual,
es la llave de la verdad
que siembra en el mundo toda prosperidad.
La castidad es la victoria de la santidad,
que da la espalda al mundo de la promiscuidad,
que ilumina a la inteligencia
y al ser nutre con paciencia.
La castidad es la respuesta de una oración profunda,
es el reflejo de un compromiso verdadero,
que corta las cadenas de los diferentes apegos.
La castidad es la rebeldía del amos
que dulcemente controla a la naturaleza inferior,
y con gran fuerza aplasta a toda ilusion.
La castidad es el milagro del perdon divino;
donde se acepta al Señor como supremo disfrutador,
y como el propietario del corazón.
¡Que bello camino!, ¡que hermoso sendero!,
la castidad nos propone;
en el sol entre las tinieblas,
es la magia del saber que ilumina a la conciencia,
y nos invita a descubrir el verdadero valor de la existencia...
