La mujer más inteligente de todas

Tatha paramahamsanam
Muninam amalatmanam
Bhakti Yoga vidhanrtham
Katham pasyema hi striyah



Tú mismo desciendes a propagar la trascendental ciencia del servicio devocional en los corazones de los trascendentalistas adelantados y especuladores mentales, los cuales se purifican por el hecho de ser capaces de discriminar entre la materia y el espíritu. ¿Cómo, entonces, podemos nosotras, las mujeres, conocerte perfectamente? —Srimad-Bhagavatam 1.8.20 Ni siquiera los más grandes especuladores filosóficos pueden tener acceso a la región del Señor. En los Upanisads se dice que la Verdad Suprema, la Absoluta Personalidad de Dios, está más allá del alcance de la capacidad de pensamiento del más grande de los filósofos. A Él no se Le puede conocer a través de una gran erudición o del cerebro más grande de todos. A Él puede conocerlo únicamente aquel que tiene Su misericordia. Otros puede que continúen pensando en Él por años y años, mas, aun así, Él es incognoscible. Este mismo hecho lo corrobora la reina, que está haciendo el papel de una inocente mujer. Las mujeres son, en general, incapaces de especular como los filósofos, pero el Señor las bendice, porque creen de inmediato en Su superioridad y omnipotencia, y, por ello, ofrecen reverencias sin reservas. El Señor es tan bondadoso que no favorece de modo especial sólo a aquel que es un gran filósofo. Él conoce la sinceridad del propósito. Por esta razón únicamente, las mujeres se reúnen por lo general en grandes números en cualquier clase de funciones religiosas. En todos los países y grupos religiosos vemos que las mujeres están más interesadas que los hombres. Esta sencillez de aceptar la autoridad del Señor es más eficaz que el fervor religioso ostentoso e insincero. Kuntidevi oro al Señor de un modo muy sumiso, y ése es el rasgo característico de un vaisnava. El Señor, Krishna, había ido a donde estaba Kuntidevi, para ofrecerle respetos tomando el polvo de sus pies. Como Krishna consideraba a Kuntidevi tía Suya, solía tocarle los pies. Pero aunque Kuntidevi, una gran devota, se hallaba en esa posición tan excelsa, prácticamente al nivel de Yasoda mai (la madre de Krishna), era tan sumisa que oró de la siguiente manera: «Krishna, a Ti Te pueden comprender los paramahamsas, los más avanzados trascendentalistas, pero yo soy una mujer, así que ¿cómo puedo verte?». Según el sistema védico, hay cuatro divisiones sociales (catur-varnyam maya srstam). Los miembros más elevados del orden social son los brahmanas, los inteligentes, y luego vienen los ksatriyas (los militares y administradores), los vaisyas (granjeros y comerciantes) y, finalmente, los sudras (los obreros comunes). El lugar de uno en ese sistema lo determinan sus cualidades y trabajo (guna-karma). La Bhagavad-gita dice striyo vaisyas tatha sudrah, y el Srimad Bhagavatam habla de stri-sudra-dvijabandhunam. Según estas referencias, las mujeres, los sudras y los dvija-bandhus pertenecen a una misma categoría. La palabra dvija-bandhu se refiere a aquel que nace en una excelsa familia brahmana o ksatriya, pero que no tiene en sí ninguna aptitud. La posición social, de acuerdo con el sistema védico, la determinan las aptitudes. Esto es algo muy práctico. Supongamos que un hombre nace como hijo de un juez de la corte suprema; eso no significa que él también sea juez de la corte suprema. Sin embargo, si por casualidad uno nace en una familia brahmana —aunque no tenga aptitud alguna y sea un sinvergüenza de primera—, no obstante dice ser un brahmana, y aunque tenga menos cualidades que un sudra, la gente lo acepta como brahmana. Esto ha ocasionado la caída de la civilización védica. A veces, los brahmanas de la India se ponen muy en contra de mi movimiento, porque yo educo y acepto brahmanas de Europa y América. Pero no nos importan sus argumentos, ni tampoco le importarán a cualquier otro hombre sensato. Sri Caitanya Mahaprabhu dijo: prthivite ache yata nagaradi grama sarvatra pracara haibe mora nama «En todo pueblo, ciudad y aldea del mundo, se predicará acerca del movimiento de conciencia de Krishna». ¿Cómo es posible, entonces, que europeos y americanos no se vuelvan brahmanas? En verdad, aquel que viene al movimiento de conciencia de Krishna ya ha superado el brahmanismo. Como se afirma en la Bhagavad-gita (14.26):
mam ca yo 'vyabhicarena
bhakti-yogena sevate
sa gunan samatityaitan
brahma-bhuyaya kalpate
«Aquel que emprende el bhakti-yoga supera las modalidades de la naturaleza material, y llega de inmediato al plano trascendental [brahma-bhuta]». No hablamos ya de volverse brahmana: la persona que se dedica por completo al bhakti-yoga alcanza el plano trascendental más elevado. La estereotipada y lisiada idea de que únicamente una persona que nace en una familia brahmana puede llegar a ser un brahmana ha matado la civilización védica, pero ahora nosotros estamos reviviendo la comprensión correcta de que el logro de la perfección es para todos. En la Bhagavad-gita (9.32), el Señor Krishna dice: mam hi partha vyapasritya ye 'pi syuh papa-yonayah striyo vaisyas tatha sudras te 'pi yanti param gatim «¡Oh, hijo de Prtha!, aquellos que se refugian en Mí, aunque sean de nacimiento inferior —las mujeres, los vaisyas [comerciantes] y los sudras [trabajadores]— pueden alcanzar el destino supremo». Así pues, aunque por lo general se considera que las mujeres, los sudras y los vaisyas pertenecen a una clase inferior, al él o ella volverse devoto o devota, supera esas designaciones. Generalmente a las mujeres, los sudras y los vaisyas se les tiene por poco inteligentes, pero si uno emprende el proceso de conciencia de Krishna es la más inteligente de las personas, tal como se afirma en el Caitanya-caritamrta (krsna yei bhaje sei bada catura). Y Caitanya Mahaprabhu dice: ei rupe brahmanda bhramite kona bhagyavan jiva guru-krsna-prasade paya bhakti-lata-bija «De entre todas las entidades vivientes que deambulan por todo el universo, una muy afortunada recibe la semilla del servicio devocional, por la misericordia del maestro espiritual y la misericordia de Krishna» (Cc. Madhya 19.151). El movimiento para la conciencia de Krishna no está integrado por hombres desafortunados y desdichados. No. Lo integran las personas más afortunadas de todas. A aquel que ha emprendido el proceso de conciencia de Krishna se le debe considerar la persona más afortunada de todas, porque ha encontrado la manera de actuar para que su vida sea perfecta. Aquel que posee conciencia de Krishna y que desempeña bien sus deberes es la más perfecta y afortunada de las personas. Kuntidevi afirma aquí eso humildemente. Aunque Kunti tenía un cuerpo de mujer, era una devota. Por lo tanto, no era como una mujer corriente sin inteligencia. Por el contrario, era la más inteligente de todas, pues reconocía a Krishna como la Divinidad Suprema: «Él ha venido a mí a ofrecerme respetos, pareciendo ser mi sobrino desde el punto de vista material, pero es la Suprema Personalidad de Dios». Por consiguiente, en un verso anterior, ella dijo: alaksyam sarva-bhutanam antar bahir avasthitam: «Aunque estás en todas partes, dentro y fuera, el hombre común no Te ve». En otro verso, dijo además: na laksyase mudha-drsa, «Los necios y sinvergüenzas no pueden verte». Eso indica que Kunti sí Le vio. A menos que ella hubiera podido ver a Krishna tal como es, ¿cómo podía decir na laksyase mudha-drsa? Ella también dijo: prakrteh param: «Tú eres trascendental a esta creación material». Ahora, también aquí, en este verso, Kunti continúa expresándose con humildad. Esa humildad es muy buena en el servicio devocional. Por eso, Sri Krishna Caitanya Mahaprabhu nos enseña: trnad api sunicena taror iva sahisnuna: «Para progresar en la vida espiritual, se debe ser más tolerante que el árbol y más humilde que la hierba». Esto es necesario, porque existen muchísimas cosas que perturban a quien está viviendo en este mundo material, tal como si estuviera navegando por el océano. No se puede esperar que en el océano haya una situación muy pacífica. Hasta un gran barco puede que también sea inestable, y en cualquier momento pueden aparecer olas estruendosas. Igualmente, en este mundo material siempre debemos esperar que haya peligro; no podemos esperar que tendre-mos una vida muy pacífica en este mundo material. El sastra, las Escrituras védicas, dicen: padam padam yad vipadam (Bhag. 10.14.58): A cada paso hay peligro. Pero si uno se vuelve devoto, puede entonces escapar (mayam etam taranti te). Para quien emprende el proceso de conciencia de Krishna, al comienzo habrá muchas perturbaciones causadas por maya, la energía material de la ilusión. Maya nos pondrá a prueba para ver cuán firmemente estamos fijos en el proceso de conciencia de Krishna. Como también ella es un agente de Krishna, no permite a nadie la libertad de molestar a Krishna. Por eso pone pruebas muy rígidas, para ver si nos hemos entregado al proceso de conciencia de Krishna buscando molestar a Krishna o si realmente somos sinceros. Ésa es la ocupación de maya. De modo que al comienzo maya pondrá pruebas, y habremos de sentir muchísimas perturbaciones mientras progresamos en el proceso de conciencia de Krishna. Pero, si seguimos las reglas y regulaciones y cantamos regularmente tal como se prescribe, permaneceremos firmes. Si hacemos caso omiso de esos principios, maya nos capturará de inmediato. Maya siempre está a punto. Nos encontramos en el océano, y en cualquier momento se nos puede perturbar. Por lo tanto, aquel que no se perturba en absoluto recibe el nombre de paramahamsa. Así pues, Kuntidevi dice: tatha paramahamsanam: «A Ti Te pueden entender los paramahamsas». La palabra parama significa «máximo», y hamsa significa «cisne». De manera que, paramahamsa significa «el cisne perfecto». Si a un cisne le damos leche mezclada con agua, se tomará la leche y dejara a un lado el agua. De igual manera, este mundo material está hecho de dos naturalezas: la naturaleza inferior y la naturaleza superior. La naturaleza superior significa vida espiritual, y la naturaleza inferior es vida material. En consecuencia, a una persona que abandona la parte material de este mundo y que toma únicamente la parte espiritual, se le llama paramahamsa. Debemos saber que las actividades del cuerpo se deben al alma que está dentro de él. Ésa es la realidad. El cuerpo es sólo la cobertura exterior. De modo similar, debemos saber que Krishna es el verdadero centro de todas las actividades, y aquel que sabe eso es un paramahamsa. Por consiguiente, el bhakti-yoga es para el paramahamsa, aquel que sabe que Krishna es el hecho central. Krishna dice en la Bhagavad-gita: aham sarvasya prabhavo mattah sarvam pravartate: «Yo soy la fuente de todo; todo emana de Mí». Así que aquel que sabe, no sólo teóricamente, sino prácticamente, que Krishna es la causa de todas las causas —aquel que está convencido de esto— es un paramahamsa. Kuntidevi dice: «Tú eres para los paramahamsas, no para los sinvergüenzas y necios. Tú eres para los paramahamsas y munis». La palabra muninam se refiere a aquellos que son pensadores o a los especuladores mentales, y la palabra amalatmanam se refiere a aquel que no tiene nada sucio en el corazón. El corazón de una persona materialista está lleno de cosas sucias. ¿Qué son esas cosas sucias? Lujuria y codicia. Todas las personas materialistas son lujuriosas y codiciosas, y, por tanto, se sobrentiende que sus corazones están llenos de cosas sucias; pero amalatmanam se refiere a aquellos que están libres de esas dos contaminaciones. El bhakti-yoga es para aquellos cuyos corazones se han limpiado, no para los lujuriosos y codiciosos. Claro que, aquellos que son lujuriosos y codiciosos pueden tratar de avanzar, y gradualmente puede que lo hagan, pero en cuanto alguien se sitúa en el plano de bhakti-yoga, no hay más lujuria ni codicia. Viraktir anyatra ca (Bhag. 11.2.42). Ésa es la prueba: cuando uno está libre de deseos lujuriosos y codicia, está entonces situado en el bhakti-yoga y es de hecho un paramahamsa. Kuntidevi dice humildemente: «Tú eres para los paramahamsas y munis, aquellos que son de corazón limpio y que están dedicados al bhakti-yoga. Pero, ¿qué somos nosotras? Sólo somos mujeres. Nos hallamos en una clase inferior. ¿Cómo podemos entenderte?». Aunque ella lo entiende todo, aun así, se pone en la posición de una mujer común, y dice: «¿Cómo puedo entenderte?». Eso es humildad.


(Las enseñanzas de la Reina Kunti, texto 3)

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